Actualmente la sociedad avanza tan rápido que en cuanto nos damos cuenta de un cambio... ya se ha originado el siguiente.
Casi no nos da tiempo a ponernos al día porque, cuando hemos aprendido algo nuevo, en poco tiempo vuelve a quedarse "desfasado".
La escuela debe ser un reflejo de esta sociedad, por lo tanto, debe estar siempre al día de todos estos cambios y avances. Para ello, todo el personal docente debe (y quiere) someterse a cursos de reciclaje de diversas índoles, como cursos de recursos en el aula (tanto para alumnos como para profesores), nuevas tecnologías, nuevas metodologías y dinámicas de aula, idiomas, materiales...Para así poder ofrecer también la mejor formación a nuestros alumnos. Pero, ¿y las familias? ¿Deberían también realizar cursos de reciclaje para afrontar la tarea de educación de sus hijos?
La verdad es que no debe plantearse como una obligación, pero sí como una opción interesante.
Algunos padres piden muchas veces ayuda a los colegios para afrontar determinadas situaciones que se les plantean en casa que, o bien les pillan desprevenidos, o sin recursos para solucionarlas. Estas situaciones familiares, que podemos encontrar a todas las edades, serían mucho más llevaderas si las familias tuvieran un formación básica sobre las etapas que viven los niños dependiendo de las edades, y los comportamientos característicos de las mismas, sobre qué tipo de actividades y soluciones podemos proponer ante a algunos problemas del día a día como pueden ser malos hábitos de alimentación, de sueño, celos entre hermanos, orden y limpieza, control de esfínteres (quitar el pañal), quitar el chupete...
Por eso pienso que sería interesante, porque podría mejorar y beneficiar mucho a la vida familiar, tanto a los padres, como a los hijos.
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