miércoles

¿Podemos entrenar la empatía?

La base de unas buenas habilidades sociales, para desarrollar unas relaciones sanas, es la empatía. La empatía es la habilidad para reconocer y comprender las emociones de los demás, algo que parece innato en el ser humano, pero, ¿podemos entrenar esa empatía?

Para ello necesitamos desarrollar unas capacidades: 

- Capacidad para asumir el punto de vista de la otra persona; escuchar de forma activa sus argumentos, intentando comprender las razones que expone. Muchas veces estamos más pendientes de lo que vamos a contestar nosotros que de lo que nos están explicando, lo que hace que perdamos detalles y pasemos por alto aspectos que, en muchas ocasiones, son importantes.

- Capacidad para desarrollar una mayor sensibilidad hacia los sentimientos de los demás; ser más comprensivo, tolerante y tener una mente abierta es fundamental para entender su situación y el por qué de sus sentimientos y emociones.

¿Cómo podemos desarrollar estas capacidades? fomentando los siguientes componentes:

- Atención activa: atender al lenguaje verbal y no verbal. El tono de voz, los gestos, la mirada, el movimiento de las manos...toda la comunicación nos transmite información.

- Atención cognitiva: Comprender cómo se siente la otra persona y ante qué. Cuáles son sus sentimientos y emociones, y cuál ha sido el desencadenante.

- Atención emotiva: Experimentar en primera persona las emociones que está siento el otro. Seguramente en algún momento de nuestra vida nos hayamos sentido de la misma manera o similar. Recordarlo nos ayuda a entender cómo se siente en ese momento.

- Atención motora: Técnicas para dar respuestas empáticas (repetir lo que el otro dice, ponerle la mano en el hombro, mirar a los ojos con atención y a la misma altura...)

Cuando escuchamos a alguien con atención plena, le comprendemos y le apoyamos con gestos y palabras, podemos modificar e influir sobre las emociones propias y ajenas, objetivo fundamental de la inteligencia emocional.


martes

¿Cuáles son las competencias emocionales que se deberían trabajar en las aulas?

Últimamente encontramos muchas noticias que nos alertan acerca del estado de la salud mental de muchos colectivos de la sociedad, y cada vez, a edades más tempranas.

Una buena salud mental requiere, en gran medida, una buena educación emocional que actúe de forma preventiva para ayudarnos a enfrentar situaciones complicadas de forma adecuada.

La base de una buena educación emocional siempre se encuentra en el modelo familiar de interacción, cuidado, protección y educación. Pero ¿es necesario seguir trabajándola desde los colegios?

La verdad es que todo lo que podamos trabajarla y complementarla, a nivel individual y colectivo va a beneficiar tanto al alumno, como a su entorno más cercano, ya que repercute en todas sus relaciones: consigo mismo (en forma de aceptación y una autoestima positiva) y con los demás, (con una buena adquisición de habilidades sociales).

Y ¿Cuáles son las competencias emocionales que se deberían trabajar en las aulas?

-          Habilidad para usar vocabulario emocional; saber nombrar todas las emociones para poder identificarlas.

-          Conciencia del propio estado emocional.

-          Habilidad para distinguir las emociones de los demás.

-          Empatía.

-          Habilidad para comprender el propio estado emocional: ¿por qué me siento así?

-          Resiliencia para afrontar emociones negativas.

-          Conciencia de las relaciones (sinceridad expresiva y coherente, reciprocidad o simetría de relación).

-          Capacidad de autoeficacia emocional: aceptación.

Desarrollando estas competencias emocionales, conseguiremos:

-          Un mayor autocontrol que nos ayudará a superar bloqueos emocionales.

-          Apreciar y sacar partido de las emociones propias y ajenas.

-          Un lenguaje emocional adecuado, que nos permita nombrar las emociones e identificarlas.

Para conseguirlas, es necesario trabajar la educación emocional desde pequeños, y durante toda la escolaridad, ya que es un proceso continuo que nos acompañará a lo largo de toda nuestra vida, y nos ayudará a crecer como personas y a conseguir un mayor desarrollo académico, personal y social.