En el período de vida de los 0 a los
6 años, es cuando una persona tiene más capacidad de aprendizaje. Los niños
absorben todo lo que ven y escuchan a su alrededor y se quedan con mucha
información que reciben a través de sus sentidos, por eso se dice que los niños
son como esponjas.
También está comprobado que nacemos
con un determinado número de neuronas cuya función es relacionarse y crear
redes neuronales. Esto lo conseguimos a través del movimiento y del aprendizaje
(cuando aprendemos algo, las neuronas se conectan formando una red neuronal) y
relacionando todos esos conocimientos. Cuando una neurona no se conecta a
ninguna red neuronal, acaba extinguiéndose.
Durante muchos años se ha creído que
las redes neuronales solo se formaban a través del conocimiento y de la
relación de determinadas ideas, pero, hoy en día, se sabe que el movimiento, la
música, las sensaciones y las emociones, también favorecen el desarrollo de
estas redes neuronales. Por esta razón se le da tanta importancia a la
estimulación temprana en niños de 0 a 6 años; porque se trata de crear todas
las redes posibles, y en todos los sentidos. (Estimulación motriz, auditiva,
visual...)
Por lo que respecta a la música, el
oído es uno de los primeros sentidos que desarrollamos; es el primer sentido
que nos conecta con el mundo. Cuando estamos en el vientre de nuestra madre,
estamos aislados del mundo exterior: no podemos verlo, no podemos tocarlo, no
podemos olerlo ni saborearlo, pero si podemos oírlo. Por eso es nuestra primera
conexión con el mundo.
Cuando un niño nace, lo primero que
reconoce es la voz de su madre. Es lo que le hace sentirse seguro en su regazo.
También reconoce la voz del padre y, cuando llega a casa... ¿qué sonidos le dan
seguridad? Aquellos que denominamos "ruidos blancos". Los ruidos que
ha estado oyendo en la tripa de mamá durante el embarazo: la lavadora, el
aspirador, el lavavajillas, el secador...
Por eso es tan importante el desarrollo
del sentido del oído y la educación musical.
Diversos estudios han concluido que,
cuando realizamos determinadas acciones, utilizamos una parte u otra del
cerebro; un hemisferio u otro. Pero está demostrado que cuando una persona oye
música, es capaz de emocionarse, desarrolla la sensibilidad, y se
interrelacionan todas las partes del cerebro, manteniendo una actividad total
del mismo. La música es una de las pocas cosas que, cuando la estamos
escuchando de forma activa, hace que trabaje la totalidad del cerebro.
Todos los días deberíamos
escuchar música, no existe ninguna actividad más completa. Deberíamos darle
mucha más importancia en las escuelas y en las casas...el niño que tiene una
formación musical importante...se convertirá en una persona sensible y muy especial
en todos los sentidos.