Cuando practicamos Mindfulness en las escuelas, estamos preparando a nuestros alumnos a recibir toda la información posible del entorno, y a asimilarla de forma consciente; evitaremos percepciones erróneas y malinterpretaciones, ayudando a favorecer la inteligencia emocional, intrapersonal e interpersonal que son tan importantes para lograr el éxito en nuestro máximo desarrollo personal y social y, en consecuencia, en prepararnos de forma exitosa para el futuro y el mundo laboral.
Beneficios del Mindfulness en niños:
- Mejora el aprendizaje, la atención, la creatividad y el rendimiento académico.
- Les ayuda a regular sus emociones.
- Aumenta la introspección.
- Mejora las habilidades sociales: empatía, paciencia, tolerancia, ecuanimidad.
Propuestas para realizar con niños:
1. La postura de “Mente Atenta”: El primer paso sería enseñarles a realizar la postura de la meditación, sentados como un indio, y a fijar su atención en la respiración. Les podemos pedir que pongan las manos en la tripa durante las respiraciones para notar como se hincha, y contar un número determinado de respiraciones. El resto de ejercicios se realizarán en dicha postura. Se pueden usar canciones para recordar las claves de la postura.
2. El instrumento musical: Escoger un instrumento que produzca un sonido prolongado, como la cuerda de una guitarra o una campana. Le pedimos al niño que escuche atentamente el sonido hasta que deje de sonar. Debe levantar la mano cuando el sonido haya desaparecido totalmente.
3. Recordar atentamente: le pedimos al niño que recuerde 5 cosas que vea de camino al colegio (un edificio, una parada de autobús, un parque, niños…) y que describa cómo son. Intentar percibir cada vez más detalles e incluso describir cosas que haya a su alrededor.
4. El juego del silencio: Este juego debe realizarse en grupo, y durará unos 30-60 segundos. Nos sentamos en círculos y les preguntamos cuánto tiempo son capaces de permanecer en silencio, como las rocas. Les pedimos que cierren los ojos y se queden en silencio hasta que escuchen algún ruido. Usamos un cronómetro para saber cuánto tiempo es, y si cada vez somos capaces de aguantar más.
5. Cantar mantras: Los mantras emplean los mismos canales subliminares que la música y la publicidad, por eso al final el mensaje “llega”. Liberan la mente de pensamientos y ayudan a conseguir centrar la atención proporcionando un estado de calma. Siempre deben ser mantras positivos como: “me siento feliz”, “me gustan mis amigos”, “quiero a mi familia”, “me siento bien”…
6. Ola de mantras: Es una variante del anterior donde se necesita un grupo de niños. Consiste en sentarse en círculo y que cada uno de los niños, por orden, vaya diciendo un mantra que se haya trabajado o que se invente en ese momento, según su estado de ánimo.
7. Máxima concentración: Para este juego también se necesita ser un grupo. La persona que dirige el juego presenta un objeto que debemos pasarnos de unos a otros con mucho cuidado para que no sufra ningún cambio: una campana que no debe sonar, un vaso lleno de agua hasta casi el borde, un platito con trocitos de papel que no se pueden volar…
8. ¿Qué falta?: Presentar 10 objetos cotidianos y dar unos 30-60 segundos para observarlos. Los niños deben taparse los ojos y la persona que lo dirige quita uno o dos objetos. Después los niños tienen que adivinar cuales son. Ir aumentando la dificultad añadiendo objetos.
9. ¿Qué suena?: Es igual que el anterior, pero en lugar de trabajar la vista, se trabaja el oído. Se presentan una serie de instrumentos u objetos que suenen. Los niños deben taparse los ojos y la persona que dirige el juego hacer sonar uno que después tienen que adivinar.
10. Detectives: debemos elegir un objeto que realice algunos cambios como la llama de una vela, una luz que cambie de colores, una cajita de música con un muñequito que se mueva, un reloj de arena o de agua, una botella de burbujas de aceite de colores…Los niños deben observar el objeto atentamente siendo conscientes de los cambios que se producen en él, durante 30-60 segundos. Después les pedimos que lo expliquen.
Todas estas actividades son muy beneficiosas, ya que les ayudan a trabajar la atención y concentración así como a relajarse y tranquilizarse. Pero para trabajarlas bien y conseguir que se noten los resultados a largo plazo, deberían trabajarse de forma constante, como he mencionado anteriormente 2/3 veces por semana, unos 5-10 minutos al principio para ir aumentando progresivamente después; a la misma hora y en el mismo sitio (esto puede acordarse con los niños).
También es muy importante la actitud con la que se propongan, siempre como algo lúdico y divertido, lleno de humor y de aventura, pero de forma relajada y tranquila. Si al niño no le apetece en ese momento, es mejor no forzar y acordar hacerlo más tarde.
Es importante valorar el esfuerzo del niño y evaluar la sesión siempre de forma positiva, ya que hay días en los que saldrá mejor que otros, pero esto se deberá a los estados de ánimo de cada uno, que pueden variar; hay días que estamos más distraídos que otros, más tensos o más cansados. Ser conscientes de estos cambios también es algo positivo y enriquecedor, ya que mejorará la introspección y autoconocimiento del niño, uno de los principales objetivos del Mindfulness.
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